2 de noviembre de 2012

En Donde Estaré..?


En donde estarán tus alas, esas que se encargan de despegar. En donde estará tu suerte, esa que todavía no fuiste a buscar. En donde estará tu seguridad y la mía  mi inseguridad y yo. En donde estaré parada, entre medio de tanta gente. Que me depara el futuro, tendré que cambiar de rumbo. Tengo un rumbo, o no lo tengo. No lo se. A veces me siento tan perdida y a veces todo lo contrario. Mis extremos se encargan de volverme loca, todo el tiempo. ¿Quien soy? ¿Que quiero? ¿Donde estoy? Y parece preguntas fáciles pero a la vez no. Quien fui, y porque ya no lo soy. Que quiero y porque no haga nada al respecto. Donde estoy, y en donde quiero estar. Podría contestarlas muy superficialmente, pero no. La verdad es que en lo profundo de mi ser miles de preguntas se pasean y a ninguna le encuentro una respuesta. Estaba perdida y me encontré. Pero ahora estoy confundida. Hay algo en lo desconocido que me resulta curioso. La curiosidad me resulta divertida. El futuro me entretiene, el problema es que no hay nada en el presente que me entretenga. Y tal vez, eso es lo que me tiene confundida. Desear un futuro, que ese futuro se convierta en presente y que ya no lo desee. Tengo un problema con el tiempo y no entiendo porque. Sin embargo no es un problema que me preocupe demasiado, solo que me doy cuenta que debo cambiar mi forma de verlo. Debo no concentrarme tanto en lo que fue o en lo que va a ser. Debo concentrarme en lo es.¿Qué es? Un sentimiento indescriptible, tal vez de esos que nunca tuve en mi vida. Clasificaría dentro del rango de miedos pero en realidad es mas que un miedo, es una espera. Un espera total y absolutamente molesta. Una espera que define que va a pasar conmigo. Y en cierto punto define también quien soy hoy. Sinceramente no lo sé, no sé que soy. Y me preocupa no saberlo. Que pretendo de mi si ni siquiera se quien soy. Tengo esa idea que los demás confían en mi mas de lo que yo lo hago. Me doy cuenta. Los demás esperan de mi cosas que yo no espero. Me aterra que el motor de mi vida sea lo que los demás piensen de mi. Y en cierto punto es así. Es fácil mirarte en un espejo y darte cuenta de que hay cosas que tenemos que cambiar. Pero con el darte cuenta no alcanza. Lo que importa es la acción y el movimiento. El empeño y la voluntad. Y mi voluntad no puede depender del otro. Mi voluntad es mía y tengo que hacerme dueña de ella. El eterno juego de digo esto pero hago aquello. El eterno juego del engaño. De la mentira hacia uno mismo. Es eterno juego de pensar cada una de las palabras. Cada uno de mis movimientos. Se ocupa de jugar conmigo pero yo no me estoy divirtiendo. Mi juego, mi propia creación, me da la espalda y se burla de mi.