Subimos y bajamos, yo la verdad es que cualquiera cosa en la vida la asocio a las montañas rusas. La subida puede ser tan lenta y te puede dar tanto vértigo que alguna vez puedes flojear... pero no hay marcha atrás, estás encerrada la única opción que tienes es hacer parar el vagón o pararte a ti mismo, pero no, estas convencida de que puedes, de que vas a llegar a la cima, a lo más alto. Y cuando llegas eufórico disfrutas de unos segundos de las vistas que tienes, ver como estas en lo más algo, ver como hay gente que está por abajo tuyo, y por un segundo vale, te sientes bien, aunque no nos guste presumir hay veces que es verdad, nos gusta esa sensación. Pero igual que eso, en cuestión de segundos vuelves a bajar tan rápido y sin ningún freno que das botes, tu corazón se acelera, tus pulsaciones van a toda velocidad y sientes como todo lo que habías hecho lo has perdido. Pues si, la vida esta llena de estos momentos, y aunque no nos parezca verdad para que hayan buenos tienen que haber antes malos, y es que a veces unos mínimos problemas los hacemos en nuestra cabeza demasiado grandes, o quizás de verdad si que lo son, pero cundo todo esto pase recuerda:
*-Siempre estás subiendo porque
nunca parará de moverse. Y quizás no sea tan malo, quizás exista una que vaya por las nubes -*