+ ¿Sabes? Me he dado cuenta de algo...
- ¿De qué...?
+ De que desde hace un tiempo ya no eres la misma. Te comportas de forma extraña y distante conmigo. Y por más que busco en ti a esa persona alegre y divertida que hacía tonterías a cada minuto, no la encuentro. Y lo necesito. Necesito que me digas alguna estupidez que me haga entender porqué te comportas así.
- ¿De qué...?
+ De que desde hace un tiempo ya no eres la misma. Te comportas de forma extraña y distante conmigo. Y por más que busco en ti a esa persona alegre y divertida que hacía tonterías a cada minuto, no la encuentro. Y lo necesito. Necesito que me digas alguna estupidez que me haga entender porqué te comportas así.
- Esa estupidez es... que... te quiero. ¡¿Lo entiendes ahora?! ¡TE QUIERO! Pero tengo miedo de que me rechaces y ya nada vuelva a ser lo mismo. Tengo miedo de perderte. Tengo miedo porque sé que esto no puede ser. ¡ES UNA LOCURA! Una maldita locura...
+ No, pequeña. No tengas miedo. Mírame, estoy aquí. Contigo. ¿Y sabes por qué? Porque yo también te quiero, y juro que jamás te voy a dejar sola. Nunca te voy a dejar caer. Y si me quieres llamar estúpido o cobarde, adelante. Lo entenderé. Lo entenderé porque nunca tuve un par de cojones para poder decirte que me moría por ti. Que cada día deseaba tener tus labios a pocos centímetros de los míos. Que cada noche te imaginaba en ese hueco vacío de mi cama. Que cada tarde soñaba con poder abrazarte y no soltarte nunca. Que cada amanecer me levantaba con la esperanza de poder despertarme a tu lado. Pero eso sólo eran sueños, y poco a poco iba perdiendo la esperanza porque me tocaba vivir la realidad. La puta realidad de estar sin ti. Y ahora... bueno, ahora no me creo que ésto esté pasando. No me creo que hayas tenido el valor suficiente para poder expresar tus sentimientos. Sólo puedo decirte que eres la pequeña más grande que he conocido jamás, y que nada de ésto va a cambiar. Porque nunca, nunca, y mil veces nunca, me vas a perder. Y no importa que ésto sea una locura, porque al fin y al cabo, dicen que el amor lo es. Y tú eres la mía.